La Copa América, el torneo que hacía vibrar al continente, entró en declive a punto tal que durante dos décadas sólo se jugó cuatro veces: 1963, 67, 75 y 79. En esos años las potencias miraron sobre el hombro la competencia, lo que habilitó la consagración de Bolivia, Perú y Paraguay. Tal fue el desinterés que se abandonó la sede fija y pasó a disputarse con el sistema de local y visitante. Fue a partir de 1987 que la Conmebol volvió a las fuentes y se propuso recuperar el brillo perdido. Nuevamente la Copa se organizó en sede única. La TV se interesó por el “producto”; los equipos decidieron alinear a sus principales figuras.
Las 15 copas de Argentina: un desquite y nada menos que frente a Pelé¿Y qué pasaba con Argentina? La última vuelta olímpica databa de 1959, eran 32 años de sequía en el cara a cara sudamericano. Demasiado tiempo. Con esa carga llegó a Chile una Selección sumida en el más absoluto recambio. Alfio Basile había reemplazado a Carlos Bilardo en la dirección técnica y armó un nuevo plantel. Del equipo finalista en el Mundial del año anterior apenas sobrevivían Sergio Goycochea, Oscar Ruggeri y Claudio Caniggia. El resto era pura juventud: Gabriel Batistuta, Leo Rodríguez -le birló la titularidad a Diego Latorre y terminó elegido mejor jugador del torneo-, Diego Simeone, Darío Franco, gran figura en momentos clave, Sergio Vázquez y Leo Astrada conformaron la vanguardia. Claro que había una ausencia gigantesca. Diego Maradona estaba suspendido por doping, descubierto en marzo de ese año; la Copa América sería para siempre su deuda pendiente con la Selección.
Pero la baja de Diego no resintió la matriz futbolística de un equipo que alcanzó un alto nivel durante aquel frío y, sobre todo, lluvioso invierno chileno. Una dupla letal renovó la ilusión del hincha: Caniggia-Batistuta. En el grupo clasificatorio hubo triunfos en fila (3-0 a Venezuela, 1-0 a Chile, 4-1 a Paraguay y 3-2 a Perú); así Argentina pasó al cuadrangular decisivo, que se disputó por puntos. Esperaba Brasil, el otro gran candidato.
Las 15 copas de Argentina: entonces, ¿somos los mejores del mundo?El clásico jugado en el estadio Nacional, suerte de final anticipada, resultó intenso, cambiante y colmado de rispidices, con cinco expulsados (Caniggia y Carlos Enrique entre ellos). Argentina ganó 3-2 con dos goles de Franco y uno de Batistuta -artillero de la Copa con seis conquistas-. Quedó un empate con Chile (0-0) y la victoria sobre Colombia (2-1) para gritar campeón.
Las 15 copas de Argentina: el maravilloso reino de los “carasucias”